Un ruido desgarrador se escucha en todo el avión y el fuerte olor de aceite quemado invade el área de pasajeros.
En ese momento aparece el piloto con cara de angustia y pregunta:
- ¿Conocen la frase “ver Nápoles y después morir”? Pues bien, asómense por las ventanillas. Ahí está Nápoles...
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